Mientras, en ese contexto, el 2 de mayo hubo un alzamiento en Madrid contra la ocupación francesa que sería brutalmente reprimida por los soldados franceses y daría lugar a sublevaciones en el Estado. A raíz de esto, se adoptan medidas contra civiles, por ejemplo, contra quienes salieran armados a la calle. Ante estos hechos, los historiadores consideran que daría lugar el comienzo de la Guerra del Francés (también conocida como "Guerra Peninsular" o "Guerra de la Independencia Española"), en la que surgirían nuevas ideas, se formarían varios bandos, y los franceses se encontrarían con nuevo enemigos, además de que cometerían importantes errores estratégicos.
A pesar de la represión que sufrieron los españoles "antifranceses" (llamados "nacionalistas"), los eventos de Madrid frustrarían la substitución dinástica que tenía en mente Napoleón, además de que se expandirían por el resto del país, siendo vista como una guerra independentista, pero también sería visto por algunos como la continuación del Motín de Aranjuez con un importante componente popular. En este conflicto, se ven mezcladas cuestiones dinásticas y antifrancesas, en una época donde comenzaba a surgir la idea del nacionalismo; además, también es visto como un intento de revolución liberal. A raíz de los sucesos de Madrid, se daría lugar a una cadena de levantamientos en la que se pueden distinguir dos bandos: los afrancesados (partidarios de los franceses) y los patriotas (antifranceses, que a su vez se dividirán en absolutistas y liberales); estos últimos mostrarían una fuerte resistencia a la ocupación francesa, de hecho, las tropas francesas hicieron un gran esfuerzo por controlar Andalucía, pero fueron derrotados en Bailén en julio de 1808, siendo muchos de ellos, desterrados a la isla de Cabrera junto a los afrancesados, donde morirían de hambre.
Los efectos de Bailén preocuparon especialmente al emperador ya que se difundió la noticia entre las varias cancillerías europeas, en las que se cuestionarían el papel de Napoleón.. Antes esto, Napoleón envía a otros 1500 hombres a España divididos en 7 cuerpos, quienes en su mayoría tendrían el papel de reforzar los ejércitos, sobretodo en Cataluña y en el Ebro.
A pesar de estos hechos, aumentan las actividades propuestas en decreto de Chamartín, con el que se eliminan varias actividades y figuras propias del antiguo régimen.
En la fase de dominio francés (1808-1812), Napoleón manda a otros 250000 hombres , consiguiendo ocupar toda la Península, excepto Cádiz, y el hundimiento del ejército regular español. Ante el hundimiento del ejército español, se formaron guerrillas por parte de los patrióticos (fuerzas irregulares que realizaban ataques franceses, con la ventaja de conocer mejor el territorio, aunque no podían conseguir armamento con facilidad, por lo que por lo general usaban vidrios y armas blancas) que consiguieron apoyo de los británicos. El papel de los guerrilleros fue muy importante ya que consiguieron obstaculizar caminos, repartir información y atrasar/evitar planes franceses.
Entre 1812-1814se considera que acaba la Guerra del Francés debido a la retirada de tropas francesas hacia Rusia. La debilidad de los franceses dio lugar a éxito de ofensivas finales conjuntas entre España y Gran Bretaña (ej: batalla de Los Arapiles, Vitòria, San Marcial...). En diciembre de 1813, Napoleón firma el Tratado de Valensai con Fernano VII, devolviéndole el trono.
Como se ha comentado, esta guerra era a su vez una revolución liberal, lo que suponía el intentar poner fin al sistema del Antiguo Régimen y llevar a cabo una revolución social. En este intento de establecer un liberalismo político, se crearon una serie de Juntas, entre las que destaca la Junta Central, que convocaría a las Cortes de Cádiz para firmar la Constitución de 1812, que supondrían un acuerdo entre absolutistas y liberales, pero beneficiando más a los liberales (dividía los poderes, aunque aun reservaba la mayoría de poderes para la corona, principio de soberanía nacional, reivindicaba los votos individuales y no por estamentos, supresión del régimen señorial, eliminación de la Inquisición...). Sin embargo, cuando Fernando VII vuelve al poder, elimina la gran mayoría de reformas liberales e intenta reestalecer el antiguo régimen con un gran apoyo general.
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