A raíz de esto, han surgido dos tipos de críticas:
- Externas (inicio de investigaciones empíricas): El proceso de neolitización es un proceso complejo y del que se necesitaría ampliar datos. Hay nuevas técnicas arqueológicas que se desarrollan posteriormente dando lugar a avances en estudios etnológicos que defienden que la agricultura no es un modo superior de vida a la caza-recolección.
- Internas: objeciones contra la concepción idealista y determinista del proceso.
En este teoría, los autores intentan basarse en las ideas de Childe pero a través de datos empíricos. Asocian la revolución neolítica con la evolución tecnológica. Respecto a la adopción de la agricultura y la ganadería, se llevaría a cabo de forma natural, como un proceso evolutivo hacia el progreso. Se resta importancia a la idea de Childe y se plantean como una adaptación ecológica a partir del cambio climático; pero no se defiende la idea de que hay tres fases (cambio, influencia y evolución), como defiende Childe. Por otra parte, cabe a destacar que no se tratan todos los procesos que han investigado Childe y Braidwood.
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