domingo, 29 de mayo de 2016

El Cisma de Occidente y la crisis religiosa

Nos encontramos ante la crisis del dominio universal eclesiástico: se pierde la relación armónica entre las dos espadas, se firma un Dictatus Papae en 1075 para centralizar el poder papal, la teoría de Bonifacio VIII que dce que Dios situó al papado sobre los reyes y los reinos pierde fuerza, hay una competencia temporal entre los papas.

Por otra parte encontramos enfrentamientos entre los poderes civiles:


  • Enfrentamientos con el poder civil: Felipe IV (1285-1314), el rey puede imponer tributos a los clérigos.
  • Reacción de bonifacio VIII: Poner bulas contra la decisión real y excomunicarse con el rey de Francia, pero Bonifacio acaba encarcelado.
  • Cabe destacar que la mayoría de los cardenales eran franceses.
En este período, los papas abandonan Roma y se instalan en Aviñón (1305-1377), lugar elegido ya que era un feudo papal, al igual que Venaissin. Tras este hecho, se llevan a cabo las supresiones de los Ordenes del Templo (detenciones de templarios por parte del rey de Francia, confesiones bajo torturas...), lo que supone la supresión del Orden Militar y el aprovechamiento de esta supresión por parte de Felipe IV para confiscar bienes.

Se produce el Cisma, en el que encontramos el papado situado en varias ciudades (Roma, Aviñón y Pisa). Gregorio XI regresa a Roma, se elige como nuevo papa a Clemente VII (a pesar de que primero se eligió a Urbano VI), quien intenta ocupar el poder en Roma sin éxito y se establece en Aviñón. Esta división de papas crea rivalidades y división de las zonas en las que influye Roma y en las que influye Aviñón, creando enfrentamientos; además también hay zonas que quedan neutras.

Debido a estos enfrentamientos, se intenta restaurar la unidad, pero se producen guerras religiosas  (1381-1393) donde Clemente VII intenta expulsar a los papas de Roma. Se produce una dimisión conjunta (propuesta ofrecida por la Universidad de París). Al morir Clemente VII (1394), el rey de Francia recomendó no elegir sucesores, pero los cardenales eligieron a Benedicto XIII (1394-1417). Las tropas francesas pusieron el asedio en el Palacio de Aviñón, pero no consiguieron ocuparlo. Ante esta situación, Benedicto XIII intenta iniciar diplomáticos con Roma, pero fracasaron debido a la insolencia de los embajadores; por lo que debido a estas hostilidades, las conversas se hacían ante la presencia de soldados.

Este problema se acabó solucionando mediante el papel tradicional de los concilios, pero había problemas para convertir a los concilios en árbitros (solo podían ser convocados por el Papa, y los concilios podían juzgar a los papas); por lo que si los papas les convocaban, los concilios podían acusarlos de herejes por dividir la iglesia. Se convoca el Concilio de Pisa en 1409, con el que se deponen a los papas, se elige a Alejandro V en un principio por al año siguiente acaban eligiendo como definitivo a Juan XXIII.

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